AUTOCUIDADO II. parte

Después de hablar en el post anterior sobre los problemas de salud que pueden surgir a consecuencia de nuestro estilo de vida acelerado, hoy vamos a centrarnos en lo que podemos hacer para intentar evitarlos y cuidarnos.

La mejor manera de hacerlo es a través del AUTOCUIDADO, es decir, cuidarnos a nosotros/as mismos/as en el sentido amplio de la palabra, teniendo en cuenta todas aquellas actividades que realizamos, las personas que nos acompañan en nuestra vida y mantenernos en salud y bienestar, a nivel físico, mental y emocional.

La forma de cuidarnos varía de unas personas a otras, así como de unos momentos a otros. A veces necesitamos momentos para estar en calma y reflexionar, mientras que otras veces lo que necesitamos es movernos, pasar tiempo con amigos/as o hacer deporte… ¡La lista de posibilidades es enorme!

Al igual que sucedía en situaciones de estrés, en las situaciones placenteras nuestro cerebro segrega una serie de hormonas que producen numerosos beneficios para nuestro organismo y que, sin entrar a profundizar en ellas, serían: la endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina.

Tipos de autocuidado:

A continuación, vamos a señalar una serie de posibles aspectos en los que podemos intervenir para cuidarnos y que, además, no requieren de grandes esfuerzos, sino solamente constancia y paciencia. Al final profundizaremos un poco más en algunas de ellas.

Las podemos dividir según el tipo de autocuidado que nos ofrecen:

1. Autocuidado EMOCIONAL

Cuando se trata de nuestra salud emocional, uno de los mejores consejos es asegurarnos de que estamos conectados/as con nuestras emociones, es decir, que sepamos identificar cómo estamos. Poner nombre a esas sensaciones que aparecen en nosotros/as. Muchas veces podemos sentir la tentación de rechazar emociones como la tristeza o la ira porque no nos resultan agradables, pero en realidad es saludable sentirlas, porque forman parte de nuestro mundo emocional.

Recuerda que las emociones no son «buenas» o «malas». No somos culpables por las emociones que sentimos. Solo somos responsables de cómo nos comportamos frente a ellas.

Ideas de autocuidado emocional:

  • Ser totalmente honestos/as acerca de nuestros sentimientos.
  • Darnos tiempo para reflexionar y reconocer lo que realmente no está funcionando.
  • Consultar a especialistas cuando sintamos que no podemos solucionar nuestros problemas solos/as.
  • Tomarnos tiempo para estar con un amigo/a o familiar que realmente nos entienda.
  • Aceptar las emociones sin juzgarlas.
  • Meditar.
  • Reírnos, viendo una película o vídeos.
  • Permitirnos llorar si sentimos ganas de hacerlo.
  • Encontrar canales para expresar nuestros sentimientos: pintar, bailar, escribir, cantar…

 

2. Autocuidado FÍSICO

La actividad física es vital para nuestro bienestar corporal y emocional.

  • Ir a la cama un poco más temprano.
  • Prepararse para la mañana desde la noche anterior para que podamos dormir un poco más.
  • Hacer yoga, tai-chi… Incluso si nunca lo hemos probado.
  • Realizar respiraciones conscientes.
  • Realizar relajaciones, físicas y/o mentales.
  • Unirse a una clase y/o practicar un nuevo deporte.
  • Dar una simple caminata.
  • Bailar, darnos un baño…
  • Cocinar una comida nutritiva.

 

3. Autocuidado INTELECTUAL.

Consiste en ejercitar nuestra mente, estimular el pensamiento crítico y la creatividad.

  • Leer un libro.
  • Hacer un rompecabezas o crucigrama.
  • Ser creativos/as: escribir, dibujar o tocar un instrumento musical.
  • Mezclar la rutina: tomar una ruta diferente para ir al trabajo, ir a un nuevo restaurante o tienda, o terminar nuestra lista de tareas pendientes en un orden diferente.
  • Comenzar un proyecto que use las manos, como tejido, costura, manualidades…
  • Aprender a hacer algo nuevo, como usar un programa de ordenador, un idioma, cocinar…
  • Escuchar un podcast sobre algo novedoso y de interés para ti.

 

4. Autocuidado ESPIRITUAL

Consiste en conectar con nuestros valores y lo que realmente nos importa. Se relaciona con quiénes somos en nuestro interior.

  • Mantener una práctica diaria de meditación o atención plena.
  • Asistir a un servicio, ya sea religioso, humanístico…
  • Pasar tiempo en la naturaleza y reflexionar sobre lo que nos rodea.
  • Llevar un diario de gratitud.
  • Decirnos afirmaciones que fundamenten el sentido de nosotros/as mismos/as y nuestros propósitos.
  • Viajar a otras culturas.

 

5. Autocuidado SOCIAL

Somos seres sociales y la conexión con otras personas es necesaria para nuestra felicidad. Nos ayuda a entender que no estamos solos/as.

No se trata solo de hacer cosas con otras personas por el simple hecho de hacerlo, sino de elegir hacer cosas con personas que realmente nos hacen sentir bien.

  • Escribir un correo electrónico o contactar con alguien que viva lejos pero a quien echamos de menos.
  • Unirse a un grupo de personas que comparten nuestros intereses.
  • Dejar de socializar con aquellos que no nos hacen bien.
  • Iniciar una conversación con alguien interesante.
  • Inscribirse en una clase para aprender algo y conocer gente nueva al mismo tiempo.
  • Llamar y o quedar con un amigo/a.
  • Salir solo/a para estar alrededor de la gente. ¡La energía puede ser contagiosa!

 

Este vídeo explica de una manera sencilla y resumida la idea que venimos tratando en este post, la importancia del autocuidado.

VARIOS TIPOS DE RELAJACIONES

  • RESPIRACIÓN:

Una de las herramientas más importante y que más a mano tenemos para relajarnos es la respiración. Parece que todas las personas sabemos respirar, pero si nos observamos atentamente nos damos cuenta de que la realizamos de manera tan mecánica que solo nos sirve para sobrevivir y no para hacerlo con calidad. Una respiración deficiente origina un amplio abanico de síntomas y enfermedades que se pueden revertir mejorando la misma. A continuación, explicamos algunas de ellas.

  • RESPIRACIÓN CONSCIENTE y ABDOMINAL

Es importante que nos acostumbremos a respirar por la nariz, ya que de este modo se filtran sustancias tóxicas que se propagan por el aire, sin forzarnos en ningún momento, la exhalación es recomendable que dure más que la inhalación, pero lo importante es que la respiración no sea superficial, que el aire penetre por las fosas nasales y baje hasta llegar al abdomen. Centraremos nuestra atención en la respiración, en cómo entra el aire en nuestro cuerpo, revitalizándolo, y en cómo sale, llevándose lo negativo. Profunda y rítmicamente.

Recomendable hacerlo al menos 10 veces al día durante varios minutos.

Podemos practicar en cualquier momento y lugar, con los ojos abiertos o cerrados, antes de dormir, al despertar, mientras meditamos, caminamos, leemos, conducimos…, sentados/as o tumbados/as…, aunque lo mejor es que la columna vertebral esté bien erguida.

No se trata de dejar de pensar, sino de centrar la mente y de dirigir la atención. De hecho, respirar conscientemente es una forma de meditación.

¿Qué beneficios tiene?

Esta clase de respiración tiene enormes beneficios tanto en la salud física, y mental como emocional, que si bien, enumerarlos sería muy largo, lo mejor es que comiences a practicarla y a sentir sus beneficios.

  • RESPIRACIÓN PARA CONCILIAR EL SUEÑO

Otro tipo de respiración que se utiliza mucho y por eso la ponemos aquí, es la técnica de respiración 4-7-8, también conocida como “respiración relajante”, consiste en inspirar por la nariz durante 4 segundos, retener la respiración durante 7 segundos y exhalar por la boca durante 8 segundos. Este patrón de respiración tiene como objetivo reducir la ansiedad y ayudarnos a dormir.

  • OTRAS RESPIRACIONES

Existen otras muchas técnicas de respiración que nos pueden ayudar en el autocuidado, si bien, valoramos que la abdominal es la más sencilla y la de mejores resultados para el día a día. En caso de que estés interesado/a puedes buscar información y descubrirás un mundo de nuevas sensaciones. Respiración profunda, respiración cuadrada, respiración alterna, la ya señalada 4 7 8 …

Seguramente cada persona estará más cómoda con un tipo de autocuidado que con otro, o bien habrá momentos en los que necesitará más uno que otro. Si bien, la clave es aprender a identificar nuestras necesidades y conectar con algo con lo que realmente disfrutemos y que se ajuste a nuestra vida y nuestros valores y que nos ayude a cuidarnos tanto física como emocionalmente. Aparte de los que aquí hemos señalado podemos buscar lo que a cada cual nos resulte más satisfactorio. También es importante ser constantes en su práctica, ya que el beneficio experimentado merecerá la pena.

 

Concluimos con un texto de Pablo Neruda recordándote que no lo dejes para mañana y empieza cuanto antes…

“Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.
Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaídos.
Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! – ¡Haz hoy!
¡Arriesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!”