CUANDO LA DECISIÓN ES DIFÍCIL

Según los datos recabados en la memoria del presente programa dependiente del Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia, en los últimos dos años un 12% de las familias participantes son derivadas por el Sistema de Justicia Juvenil del País Vasco. Esto sucede debido a la denuncia interpuesta ante una situación de violencia filio-parental en el domicilio. En otras ocasiones, es durante el mismo proceso llevado a cabo con nosotros/as, cuando la familia decide dar un paso tan duro como es el denunciar a un hijo/a.

Una situación de estas características, conlleva un gran desconocimiento, dudas y emociones encontradas. Por este motivo, hemos decidido dedicar este post a conocer los pasos a seguir ante situaciones de violencia muy alta, donde la integridad física y emocional de todos los miembros del sistema familiar está en peligro.

Para ello, dedicaremos un apartado a tratar las situaciones de violencia y situaciones de emergencia en el hogar.  Desarrollaremos un protocolo de actuación ante estas situaciones, analizaremos los diferentes escenarios que pueden darse tras la agresión y finalmente abarcaremos la influencia de la entrada de Justicia Juvenil en un proceso familiar.

1. Protocolo de actuación ante situación de violencia.

Cuando la violencia en el domicilio es reiterada, las agresiones físicas y verbales aumentan en frecuencia e intensidad y ya no disponemos de herramientas suficientes para abordarlas sin poner en riesgo la vida de cualquiera de los integrantes de la familia, debemos estar alerta, identificar la situación de violencia, protegernos y finalmente tomar decisiones.

Primero, es importante leer la situación e identificar el escenario en el que nos encontramos. Por lo que, si durante una discusión observas que el clima es negativo, se aumenta el tono de voz, los movimientos corporales cada vez son más bruscos, la persona adolescente rompe o golpea objetos, no puedes alejarte del lugar donde estas ni puedes controlar la situación, estas a las puertas de una agresión grave, por lo que, es importante que sigas estos pasos:

  1. No oyes, no ves, no hablas: En este momento no se puede razonar, ni dar explicaciones, no te interpongas en su trayectoria.
  2. Retírate a un lugar donde dispongas de un teléfono, y entra en una habitación donde estés protegido, si puedes sal de casa.
  3. Vuelve a casa acompañado de alguien. Llama al teléfono de emergencias (112).

Otra posibilidad ante una situación de estas características es la contención física de la persona adolescente. Para poder realizar una inmovilización, es necesario mantener una actitud calmada y cierta capacidad física. De lo contrario, el efecto puede ser contraproducente y la situación se puede agravar. Ten en cuenta siempre el primer objetivo en una situación de estas características; Protegerse para poder proteger. Por lo que, si no te ves con la capacidad suficiente para sujetar y mantener inmovilizado/a a tu hijo/a mediante una actitud firme y calmada, es mejor no optar por esta vía.

Tras una agresión:

  1. Habla con la policía y haz que vengan a casa para que vean y tomen nota de los posibles desperfectos que tu hijo/a haya ocasionado durante la discusión.
  2. Ve al médico para que hagan un parte de lesiones y pídeles una copia.
  3. Valora si quieres presentar una denuncia por la agresión.

El interponer una denuncia a un hijo/a, es una de las decisiones más difíciles que puedes tomar en tu vida. Como hemos dicho antes, el sentimiento de culpa, el miedo y las dudas son aspectos que nos van a rondar durante todo el proceso. No obstante, escoger este camino posibilita a la familia salir de la situación de bloqueo en la que se encuentra, cortando de manera tajante con la violencia en el domicilio.

2. He denunciado a mi hijo y ahora qué.

Interpuesta la denuncia en la policía por parte de los progenitores contra un hijo/a menor de edad (de 14 a 17 años), se inicia la tramitación oportuna de la misma, ante el Juzgado que corresponda.

La denuncia la tramitará la Fiscalía y el Juzgado de Menores. Para ello habrá un equipo técnico, compuesto por Psicólogos/as y Trabajadores/as Sociales que analizarán la realidad personal y familiar de la persona adolescente.

A través de entrevistas y coordinaciones con los diferentes recursos intervinientes con la familia, este equipo realizará un informe. Con las conclusiones que se extraigan, en el juzgado propondrán la medida más adecuada para cada situación.

La medida interpuesta, siempre estará destinada a la reeducación de la persona adolescente, para evitar así este comportamiento en un futuro.  No podemos olvidar que la Ley del menor es punitiva, ya que castiga las conductas con responsabilidad civil. Pero ante todo es proteccionista; siempre prevalecerá el interés principal de la persona menor.

3. Las consecuencias tras la denuncia.

Estas medidas pueden ir desde una amonestación verbal, al cumplimiento de medidas judiciales, dentro de un plan de libertad vigilada, la convivencia en un grupo educativo o terapéutico, o incluso el internamiento en un centro para los casos más graves.

Hoy nos vamos a centrar en las situaciones que habitualmente nos solemos encontrar en nuestro programa.

  • Libertad vigilada

El/la adolescente estará con una figura educativa que se hará cargo del seguimiento del cumplimiento de las obligaciones interpuestas por el/la juez/a. Entre las obligaciones más comunes en los casos de violencia filio-parental en Bizkaia están; Obligación de acudir a terapia familiar o individual, formativa, de ocio y tiempo libre, y control de tóxicos. La figura educativa hará las coordinaciones necesarias con los recursos intervinientes para cerciorarse del cumplimiento y de su aprovechamiento.

Por otro lado, el/la profesional interviniente, realizará entrevistas socioeducativas con la persona adolescente semanalmente para trabajar los objetivos establecidos con la misma. Si el educador/a lo considera adecuado, las personas menores podrán participar en los diferentes grupos y actividades internas que se le propongan, normalmente, serán programas específicos, para trabajar aspectos problemáticos o carenciales en el/la adolescente.

La medida tendrá la duración que se haya establecido en la sentencia firme dictada por el juez.

  • Centro de menores dependiente de ejecución penal.

La persona adolescente tiene que salir del domicilio familiar y convivir en un grupo educativo, por lo que la guarda la asume la entidad pública.

En este caso la persona menor, también tendrá una serie de obligaciones como las anteriormente citadas, pero las normas serán mucho más estrictas dentro del marco normativo del centro. No olvidemos que en este caso el/la adolescente está inmerso en una convivencia diaria, donde existe ya de por sí, una estructura establecida, normas de convivencia y más adolescentes.

Se asignará una figura educativa a la persona adolescente, que hará funciones de tutor/a. Esto conlleva realizar el seguimiento exhaustivo de sus obligaciones y responsabilidades, como son la formativa, ocio y tiempo libre y cumplimiento del marco normativo del Centro. Asimismo, el seguimiento de las relaciones familiares con la persona adolescente se hará por parte de la figura educativa sociofamiliar. Finalmente, decir que en el día a día la persona adolescente contará con el apoyo del equipo multidisciplinar del centro.

La medida tendrá la duración que se haya establecido en la sentencia firme dictada por el juez/a.

4. Recuerda.

La denuncia, supone en un primer momento, parar las agresiones físicas o psicológicas que se dan en el domicilio. A posteriori, nos dará la posibilidad de trabajar los aspectos problemáticos y carenciales que nos han llevado a esta situación, siempre teniendo en cuenta los recursos personales que todos los miembros de la familia poseen.

Aquí, la labor de los/las profesionales que están alrededor es clave para que la familia pueda retomar la convivencia en el menor tiempo posible. Actuamos como mediadores en la interacción, la parte objetiva, sin que las emociones nos guíen, como una brújula para la familia.

Para ello, es muy importante la planificación en cuanto a los encuentros familiares y en el caso de la separación, realizar un acercamiento progresivo donde se vayan dando pequeñas situaciones que nos permitan hablar y trabajar sobre lo sucedido.

La experiencia nos dice que una decisión tan dura y dolorosa para la familia, es, en muchas ocasiones, totalmente necesaria para cuidar y proteger a todo el sistema (no olvidemos que probablemente haya más menores en ese hogar). Además, nunca tenemos que olvidar, que, tras ese primer momento, la reflexión, el dialogo y sobre todo el deseo de mejorar en nosotros mismos, nos abrirá la puerta a nuevas vías de resolución. Una decisión dolorosa que puede convertirse en un acto de amor por y para nuestros hijos/as.