Háblame que no te escucho: el arte de comunicar emociones

 

  

Háblame que no te escucho: el arte de comunicar emociones

“No hables así, compórtate, responde a la pregunta, no digas eso, qué es eso de no me rayes, que estás pensando, por qué estás tan callado/a, es que no sabes cuándo guardar silencio…” puede que en cuestión de tecnologías, las personas adolescentes estéis enseñándonos a los adultos una nueva versión 5.0 de comunicación. Esa que facilita resumir cómo te ha ido el día en tan solo 4 emoticonos o aquella en la que una ceja levantada y un ligero ladeo de cabeza, expresa lo que un adulto contaría en una “chapa” de mucho más de 40 caracteres.

 

 

Sin embargo, a lo largo de los años profesionales del Centro Hobetzen, hemos ido recopilando en nuestra memoria un gran número de momentos en los que, familias que acuden al servicio, protagonizan episodios similares: parece que, uno se juega los acontecimientos futuros, a una sola carta en la que, palabras y consecuencias van irremediablemente de la mano.

 

 

¿Estamos condenados a no entendernos?

No es por ello de extrañar que, a ti, como persona adolescente comunicar aquello que te pasa, te resulte en ocasiones una tarea mucho más complicada de lo que en un primer momento puedan imaginar los adultos de alrededor (familia, profesores, u otras figuras) con quienes compartes el día a día.

 

Pero, ¿es la brecha entre generaciones un motivo o una excusa a la que nos agarrarnos para no intentar formas alternativas de comunicar nuestras emociones?

 

 

Desde el equipo nos venían surgiendo hace algún tiempo algunas reflexiones en torno a esta cuestión.

  • La primera, puede resultarte lógico, y sin embargo, con el cumplir de los años los adultos parecemos olvidar: todos venimos de ser hijos/as que han convivido mayor o menor tiempo con sus padres-madres, hermanos/as, abuelos/as, teniendo que establecer y gestionar un estilo y habilidades de comunicación “a nuestra manera”, que marcarán la relación con el resto de la familia. Por eso entendemos que no debe ser siempre fácil para ti dar con ese estilo propio sin sentir que las personas adultos quieren controlarte.
  • Nos referimos a un abanico tan amplio de comunicaciones, desde quien será el primero que coja el turno para ocupar la ducha por la mañana, hasta cómo nos hace sentir esa broma recurrente que se repite en casa y tan poco nos gusta, pasando por una risa cómplice compartida o un sencillo gracias cuando algo nos agrada.

 

 

  • La segunda, tal vez sea la que más asombro te cause. Solo si crees estar preparado para leerla…continúa: las personas adultas también algún tiempo pasado (lejano añadirás), fuimos. Y seguramente, vivímos situaciones en las que, no nos sentimos comprendidos al tratar de comunicarnos con quienes decían “saber qué era lo mejor para nosotros”, cuando ni siquiera nosotros sabíamos lo que queríamos o incluso sentíamos

 

En algunos casos, ese sentimiento de incomprensión nos ha podido llevar a protagonizar conflictos donde, las emociones, eran expresadas mediante la ira o de forma violenta, contra uno mismo o contra terceros, limitando así la libertad para expresarse abiertamente.

 

Han pasado muchos años desde estas situaciones que ahora te exponemos, pero no sé si a pesar de eso, en algún momento has sentido que “hablabas para quien no te escuchaba” o al contrario, tenías que “escuchar a quien pareciera no verte”. Puede que si echas un vistazo a este vídeo que está en nuestra página, en el que se relata una vivencia real de un adolescente que acudió al servicio, te resuene un poco más lo que tratamos de decir.

 

Somos botellas repletas de burbujas emocionales, esperando ser liberadas

Una buena comunicación resulta de gran importancia para nuestro bienestar emocional y sentimiento de que vamos encontrando nuestro pequeño lugar en el mundo. Sin embargo, a lo largo del día, como resultado de las relaciones que vamos teniendo, se van dando una serie de procesos tanto internas como externas que, como si de una reacción química se tratara, impactan en nuestro cuerpo y activan diferentes emociones no siempre fáciles de controlar.

 

 

Pongamos un ejemplo: ¿sabes lo que ocurre cuando tratas de abrir una botella de líquido con gas recién agitado? Tanto si eres de los que han sonreído afirmativamente como si tienes curiosidad por saberlo, síguenos en la búsqueda de la respuesta:

 

 

  • Abrir con calma la botella, te facilitará el agradable resultado de disfrutar y sentirte a gusto. Algo así como cuando eres capaz de expresar lo que sientes e incluso puedes darle un significado propio y además logras hacerlo sin gritos, de una forma alternativa y más controlada, deshaciéndote así de la tensión de las burbujas emocionales.
  • Pero casi con toda probabilidad, el contenido se verá derramado si destapas ese tapón con una energía descontrolada; es decir, si vomitas tu malestar mediante gritos, golpes y otras formas dañinas o violentas, tanto para ti como para terceros en ocasiones. El sentido de tu mensaje, no solo pierde su gran valor sino que además, deja un amargo sabor a pérdida, vacío, soledad o incluso miedo, en la boca.

 

¿Es posible expresar mis emociones y sentimientos manteniendo mi propia esencia y estilo?

Pensemos conjuntamente sobre esto, teniendo en cuenta las siguientes cuestiones:

1.Es imposible no comunicar: tanto si usamos palabras como si no (la postura, el tono, las pausas entre frases…) transmites constantemente.

2.Esas diferentes vías añaden significado a las palabras que salen (o dejan de salir) de nuestra boca. Por ejemplo, ¿me creerías si con la boca apretada, los brazos anudados a mi cuerpo, el ceño fruncido y los ojos algo rasgados te dijese que estoy feliz? Palabras y actos van de la mano pero no siempre al mismo compás.

3.Y es que, el 90% de lo que comunicamos lo hacemos de manera no verbal, es decir, sin usar una sola palabra, muchas veces de manera inconsciente, aunque tendamos a interpretar que callar, significa no comunicar.

4.La comunicación por tanto da sentido a nuestras relaciones en la medida en que genera en las personas una serie de emociones concretas.

 

 

Nuevos filtros para aplicar a la comunicación emocional

 

No quisiéramos decir con todo esto que, efectivamente, estamos condenados a no entendernos jamás; todo lo contrario. Por ello, desde Hobetzen nos gustaría proponerte ser el encargado de una gran investigación, con el fin de que des con tu propio estilo para comunicarte contigo mismo y con el mundo que te rodea.

 

 

Hemos crecido pensando que las palabras eran el único vehículo para expresarnos, limitando así nuestra libertad para comunicar intenciones, sentimientos o necesidades.

 

A continuación te proponemos un listado de estrategias alternativas mediante las cuales, gestionar tus emociones te resulte más sencillo y te permita hacer llegar tu mensaje a quien y donde desees, siempre desde el respeto y la tranquilidad de comunicar, para construir relaciones en las que nadie salga dañado:

  • Música: cantando, rapeando, tocando un instrumento…que te permita expresar los diferentes estados de ánimo y emociones en relación con tus propias vivencias.

  • Haciendo deporte: correr, practicar parkour…Habrá ocasiones en las que, tu mensaje no podrá llegar al destinatario que desearías por las circunstancias que sean. Ante esas limitaciones, practicar algún deporte te puede ayudar a liberar la energía que algunas emociones generan en nuestro interior y necesitamos sacar para sentirnos mejor.

 

  • Bailar, expresar a través del cuerpo lo que no se puede decir con palabras.
  • Pintar, dibujar, hacer fotografías: el estilo que desees, con los materiales que quieras, transformando las emociones en arte.
  • Escribir: partes de tu historia, personajes que describen lo que sientes, deseos, temores, a través de cartas dirigidas a alguien, poemas, cuentos….
  • Relajación, mindfullnes, yoga, tratando de canalizar emociones más explosivas en sensaciones más placenteras y calmadas.

Algunas de ellas, las verás reflejadas en este último vídeo con la canción “Haz de luz” del rapero Ryden que te dejamos a modo de despedida.

 

Desde el Centro Hobetzen, especializado en Violencia Filoparental , en una época en la que, por diversas vías no paramos de relacionarnos constantemente, nos gusta pensar que los adultos también tenemos capacidad de aprender de las personas adolescentes. Por eso te animamos a que descubras tu particular estilo de comunicación, con la esperanza de que vuestra versión 5.0 pueda seguir acortando la brecha que parece que a veces separa a los miembros de una familia.

 

 

 

Por ello, te animamos y proponemos un último ejercicio motivador: te imaginas que la letra de ésta canción perteneciese a la manera en la que el padre trata de hacer llegar su preocupación, sus deseos y cariño a su hijo? ¿Te haría sentir algo diferentes que tras las palabras del inicio?

 

 

 

 

“Que si nubla y diluvia de nuevo, que soples pestañas del dedo
con los dedos cuenten los segundos y cuánto separan el rayo del trueno,
que cuentes todas las estrellas y pongas tu firma por el firmamento,
a fin de ponerle tu nombre este mundo, pues es del color con el que quieras verlo.

Que sepas que toda luz lleva sujeta una silueta,
que leas lo más bonito del mundo aunque se escriba con mala letra,
que no son los ojos, es la mirada,
que no es la mirada, es cómo me miras,
que no es como miras, es cómo te callas y dices aunque no lo digas.

Que veas todas las cosas, sobre todo las más importantes,
pero la cosa es que paradójicamente no se dejan ver las más grandes,
o se ven con los ojos cerrados, por eso será que los cerramo,
cuando besamos, lloramos y soñamos
quiero que nos volvamos a ver.”

Piénsalo, ¿a qué esperas para encontrar tu propio canal o frecuencia emocional y transmitir tus emociones en vivo y en directo?