LAS TIC, UN MIEMBRO MÁS DE LA FAMILIA
Qué padre/madre en algún momento de la crianza no se ha visto pronunciando las siguientes frases: “como sigas así te voy a cortar el wifi”; “si no terminas los deberes te quito el móvil”; “vuelve a hacerle eso a tu hermano/a y no hay consola esta noche”.
Son sólo algunas de los muchos indicadores que nos ponen sobreaviso del cambio social que está modificando las relaciones familiares. Tanto para comunicarnos, como a la hora de introducir una serie de valores y normas educativas acordes a los tiempos que corren.
Las nuevas tecnologías han venido para quedarse, es una realidad, pero ¿cómo podemos hacer que su presencia no se convierta en un arma de doble filo?
Tratándose de un tema de tan amplia envergadura, nos hemos acostumbrado a abordar lo que consideramos la punta del iceberg: qué hacer cuando las conocidas como TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) interfieren con la convivencia familiar, ya sea por su uso inadecuado o excesivo .
Sin embargo, en esta ocasión desde el Centro Hobetzen queremos abordar la base de esta problemática, con el objetivo de que madres-padres y personas cuidadoras contéis con toda la información imprescindible, con la que poder dar respuestas acordes a las necesidades y dificultades que vuestros/as hijos/as os plantean.
LA INSTANTANEIDAD QUE ENLENTECE LA COMUNICACIÓN
En la medida en que se expande el campo de las nuevas tecnologías a las que vuestros hijos e hijas tienen alcance, aumenta la preocupación como personas cuidadoras de referencia, por los posibles riesgos “en línea” que puedan tener lugar.
Para los progenitores, esta situación supone un nuevo reto en la crianza; paradójicamente, parece ser una era en la que vuestros hijos e hijas se sitúan en un nivel de conocimiento superior al de su padre/madre.
“Esta sopa no está de like, tendría menos followers que ni sé”; “Si te bajas esta app, te dicen los mejores posers”, “hanstag me encierro en la habitación porque no quiero hablar face to face”; “de mayor quiero ser blogger y colgar en la red mis challanges”.
Sin embargo, hablamos de una superioridad aparente, que se entremezcla con sensaciones percibidas de descontrol, inquietud y duda frente a lo desconocido. Que además, promueven una gestión de situaciones conflictivas por parte de las figuras adultas en donde priman las repuestas punitivas o de censura, establecidas de manera descontrolada, en lugar de meditadas y desde la calma.
La posible comunicación y traspaso de información veraz y realmente útil para las personas adolescentes, se ve muchas veces limitada a discusiones filio-parentales, donde vuestros hijos/as hacen una lectura de vuestras estrategias de protección, como una censura de su libertad de expresión.
Por ello, consideramos importante analizar de manera microscópica lo que a nivel general ocurre en el interior de los/las jóvenes cuando actúan de manera agresiva o descontrolada, frente a la imposición de normas o límites con respecto a las TIC.
EL TRIÁNGULO DE LAS 3 “C”: CABEZA-CUERPO-CORAZÓN
Vayamos deshojando las capas que subyacen a las conductas descontroladas en el uso de las TIC en el ámbito familiar.
1-A nivel fisiológico: es poco conocido lo que ocurre en el organismo de vuestros hijos/as tras conductas observadas y difíciles de entender, cuando tratáis de regularles en el uso de estas plataformas. No obstante, resulta interesante conocer el engranaje que se pone en marcha, que os permita dar con la tecla correcta de parada, cuando vuestros hijos/as no son capaces de encontrarla.
Las TIC tienen un impacto directo en su/nuestro cerebro tanto a nivel biológico como de pensamientos (independientemente de la edad que tengamos). Por un lado producen dopamina, una sustancia que libera el cerebro cuando recibe estímulos agradables.
Cantidades óptimas de dopamina provocan sensaciones rápidas de placer y motivación. Pero cantidades altas mantenidas en el tiempo, pueden llegar a generar adicción, produciéndose la sustancia incluso en ausencia de TIC.
El cerebro de vuestro hijo/a anticipa la futura recompensa que recibirá cuando estén presentes el móvil, la tablet o cualquiera de las TIC que actúen como activadores.
Pero si por diversas razones no llegan (castigos con retirada del teléfono, límite sin acceso, se ha roto, se ha restringido las horas etc.), una respuesta normal en ellos/as será intensificar la manera de manifestar de forma impulsiva, incluso en ocasiones agresiva su deseo, centrando para ello toda su atención en un único fin de recuperar “su tesoro”.
De esta manera, se produce un círculo vicioso en el que la búsqueda de estímulos cada vez de mayor intensidad, se solapa con el uso excesivo de las nuevas tecnologías.
2-Nivel físico: aumento de masa corporal, obesidad, desordenes del sueño, hipertensión…principalmente por el tipo de actividad más pasiva que requieren estos instrumentos, en contraposición con otro tipo de ocio con tiempos y estructura más dinámica que exigen mayor movilidad.
3-Nivel psicológico: se pueden ver alterados diferentes aspectos, no teniendo porqué estar presentes todos en el tiempo. Pero su mayor o menor prevalencia, resultan indicativos de la posible interferencia en el desarrollo madurativo de la persona adolescente.
- Identidad alterada. Viéndose la integración de su físico y estructura de la personalidad afectadas por los estereotipos y mensajes que sobresalen, principalmente a nivel de redes sociales.
- Baja tolerancia a la frustración, al buscar estímulos inmediatos que dificultan la aceptación posterior de normas que limiten sus deseos más “urgentes”.
- Disminución de relaciones interpersonales, necesarias para el correcto desarrollo de su personalidad. Es importante diferenciar aquellas personas adolescentes que presentan un carácter más introvertido (dificultades de autoestima, falta de habilidades sociales, temor hacia las relaciones…) de los cambios en los vínculos que establecen vuestros hijos e hijas, como consecuencia de invertir mayor tiempo atendiendo a las TIC.
- Falta de empatía, mostrando dificultades para comprender y respetar las opiniones y actuaciones de terceras personas (familia, amigos/as, maestros/as…) aceptando además ciertos estilos de respuesta (agresividad, acoso, etc.) como acciones normales de cara a ejecutar en la vida real.
4-Nivel académico: falta de atención, motivación y deseo por aprender, absentismo, dificultades en la asimilación de la información o pérdida de sentido de lo relevante (unido como vamos apuntando en la línea de un uso excesivo o inadecuado de las TIC en paralelo a esos indicadores).
5-Problemas de conducta: incapacidad de controlar los tiempos interfiriendo en las tareas académicas o familiares; aumento de la agresividad y ansiedad; mentir sobre su uso, conflictos interpersonales.
CÓMO COMENZAR A DESACTIVAR LA BOMBA
Queda patente por tanto que, las Tecnologías de la Información y Comunicación ponen en entredicho pensamientos desadaptativos, factores ambientales, experiencias sociales, problemas de autorregulación del adecuado uso… en una red con muchas aristas en la que, el papel que juegan las familias y el entorno se vuelven más que importantes, trascendentes.
El acceso se produce a una edad cada vez más temprana, por ello es esencial establecer pautas de conducta a través de normas, que regulen la actividad de vuestros hijos e hijas frente a las TIC.
Os dejamos aquí algunas estrategias con las que poder acortar distancias entre padres/madres e hijos/as en este terreno y poder ayudarles a aprovechar los muchos beneficios de las TIC con seguridad.
1.Activas
- Supervisión cercana, mostrándoles también la confianza en su capacidad de regulación. No se trata de buscar culpables, sino de encontrar soluciones fomentando el diálogo cercano.
- Acompañamiento y orientación involucrándoos en el uso que los/as menores hacen de Internet.
- Autoprotección. Ayudándoles a configurar espacios e identidades seguras.
2. Restrictivas
- Establecer horarios de uso de Internet y dispositivos electrónicos: habituarles a la existencia de unas normas será positivo para la adquisición de valores como la constancia, prudencia y el pensamiento crítico.
- Configuración de herramientas de control parental.
- Instalar los ordenadores en zonas comunes (aunque es el móvil lo que más usan).
3. Recomendaciones
- Impulsar el uso responsable de la cámara web y del móvil.
- Comunicación: generar espacios en los que poder tratar las preocupaciones y dudas por ambas partes.
- Inculcar cultura de privacidad.
- Asumir el pago en su totalidad o parcial de la factura del móvil como estrategia de prevención o consecuentemente a un mal uso de normas previamente establecidas.
Todas ellas deben utilizarse de forma complementaria, adecuándolas a la realidad de vuestra familia, a la etapa del desarrollo en la que se encuentren vuestros hijos/as y a las particularidades de cada hogar.
Para finalizar, desde el Centro Hobetzen abocamos a las estadísticas que nos hablan de que, la población entre 16 y 74 años es activa en la red en una proporción superior al 80%.
Estas cifras nos deberían poner sobre la pista de que, uno de los factores más importantes a la hora de prevenir y abordar las distintas problemáticas en torno a las TIC (mal uso, ciberacoso, sexting, etc., que trataremos en otra ocasión) será el ejemplo que las figuras adultas deis/demos del uso y manejo de las TIC, en beneficio de un acceso a la información con el mundo exterior lo más fiel y adaptado a las necesidades reales de vuestro hijos e hijas.