RETOS DERIVADOS DEL DIVORCIO Y AUTOCUIDADO
En este post abordaremos las separaciones, divorcios o rupturas de parejas con hijas e hijos para comprender mejor los cambios que se producen en las familias y en sus relaciones.
Abordaremos algunos aspectos que nos parecen importantes para que madres y padres puedan actuar de la mejor manera posible, siendo conscientes de que, en ocasiones, aunque las circunstancias no sean las más favorables, siempre hay opciones.
¿De qué manera afecta la separación o divorcio a las hijas?
Una separación o un divorcio puede suponer un acontecimiento vital estresante no solo para las personas involucradas, sino también para aquellas integrantes que pertenezcan al sistema familiar, en este caso las hijas generando consecuencias en diferentes ámbitos: personal, familiar, social, académico y laboral.
Uno de los factores que debemos tener en cuenta a la hora de entender cómo afecta la separación o divorcio psicológicamente, es su etapa del desarrollo.
Entre 7 y 12 años:
Durante esta etapa del desarrollo las menores aprenden que hay perspectivas y sensaciones más allá de las propias y cada vez empiezan a ser más conscientes que sus progenitores pueden estar sufriendo por la situación. Todo esto les lleva a no saber bien cuál debe ser su posición, y generalmente no suelen comunicar que piensan o como se sienten. Las consecuencias pueden ser problemas de comportamiento tanto dentro del hogar como fuera de él, así como una disminución del rendimiento académico en general.
La adolescencia:
Comienza la construcción de su identidad acompañada de unas habilidades cognitivas superiores que les permiten un entendimiento mayor de las situaciones cotidianas. Esta etapa puede estar caracterizada por posicionarse a favor de una de las progenitoras, negación de la situación, confusión de roles y jerarquía, e incluso por la actuación de determinadas conductas de riesgo o inadecuadas que pueden provocar malestar en las adolescentes. Durante esta etapa, aconsejamos generar espacios de comunicación basada en la escucha activa y en la comprensión incondicional, contar con ellas para hacerles partícipes en ciertas decisiones relacionadas con la custodia, vigilar las conductas de riesgo, y muy importante, no asignarles roles que no les corresponden, por ejemplo: ser confidentes de un progenitor, proteger o actuar como soporte para los progenitores.
Desde aquí lo decimos alto y claro: ¡Los cambios nos afectan! Y si esos cambios pueden parecer un abismo para las personas adultas, lo pueden parecer aún más para las adolescentes. Se les debe permitir estar mal y no criminalizar sus emociones, pero no por ello debemos eliminar normas, límites y consecuencias que son necesarios independientemente de las situaciones que surjan.
¿Cómo explicar la separación a las hijas?
¡OJO! No existe un discurso predeterminado o perfecto que proteja totalmente a nuestras hijas, esto no resulta realista. Recordad que no está en nuestras manos controlar sus emociones cuando les comunicamos nuestra decisión.
No obstante, transmitir esta gran decisión puede resultar muy doloroso, y es relevante comunicárselo de manera que les genere el menor impacto posible. Nos parece muy importante:
Teniendo en cuenta la etapa vital en la que se encuentren, es relevante hablar sobre aquellos elementos de la situación que puedan llegar a entender. Para ello, es necesario utilizar un lenguaje claro y adaptado a su capacidad de comprensión. NO se les debe mentir bajo ninguna circunstancia, ni aportar detalles que no les corresponda conocer.
La adecuada gestión de emociones negativas por parte de los adultos puede generarles seguridad.
Es importante ser realistas, puede que sea una situación poco agradable para todas, y comunicarles que es una decisión pensada y que no tiene vuelta atrás también es beneficioso.
Debemos evitar formas culpabilizadoras que generen cargas o responsabilidades que no les corresponden.
Es fundamental informarles de cómo va a ser la nueva organización familiar intentando tener en cuenta sus necesidades.
No generar falsas expectativas que puedan generar malestar.
Presencia y disponibilidad de ambas figuras marentales o parentales para proporcionar seguridad.
No se debe crear un monologo entre adultos, debemos fomentar la creación de un espacio para que puedan expresar lo que piensan y lo que sienten sin culpabilizarles por sentir miedo, tristeza o rabia.
¡RECORDAD! Es relevante lo que se dice y como se dice. No por ello debemos dejar de responder a las impresiones, cuestiones, dudas e inquietudes de nuestras hijas.
¿Cuánto antes comunicar la decisión?
No hay un tiempo estándar o más adecuado sobre cuánto antes trasmitirles la información, todo depende de cada caso en particular. Sin embargo, es importante tener en cuenta si madre y padre están preparadas para hacerlo, y que la comunicación se haga con el tiempo suficiente como para que las jóvenes puedan asimilar y comprender los cambios que se van a producir.
Por otro lado, pensar que el malestar desaparece con el tiempo puede ser contraproducente. De hecho, el malestar puede desaparecer de manera gradual dependiendo del caso, pero en otros puede aumentar al tiempo de haber ocurrido.
¿Existen factores que actúan de manera protectora u obstaculizadora en las situaciones de separación o divorcio?
Como bien se ha dejado claro en este post, existe el riesgo de que surjan ciertas dificultades como consecuencia de la decisión de ruptura, sin embargo, también hay formas de prevenirlas o gestionarlas:
- Es necesario ser conscientes de que las dificultades de la ex pareja, son eso, dificultades con la ex pareja; las hijas no deben encontrarse entrampadas.
- Se considera relevante respetar la imagen de la otra figura adulta y evitar el rencor o resentimiento hacia la otra parte para protegerles. No obstante, no siempre será posible fomentar esa imagen positiva de la otra persona. Es ahí cuando recomendamos ofrecer una información responsable y adecuada hasta que posean una madurez o unas capacidades adecuadas que les permitan elaborar un discurso propio acerca de la situación.
- Mantener una buena comunicación entre progenitores, sobre todo con respecto a las cuestiones básicas de las adolescentes. En caso de que no fuera posible, se podrá valorar la comunicación a través de una profesional. En cualquier caso, debemos responder de forma adecuada a sus necesidades sean del tipo que sean: educativas, económicas, sanitarias y emocionales. Además, debemos ofrecerles una estabilidad en la medida de lo posible, procurando que los cambios que surjan les afecten lo mínimo inevitable, por ejemplo: manteniendo las actividades o las mismas amigas, facilitar el contacto con la familia extensa de la expareja siempre que sea su necesidad.
- Si los criterios educativos de ambos a la hora de establecer las normas son muy diferentes y es imposible llegar a acuerdos mínimos, sería conveniente que en cada casa se funcione con las normas de cada una explicándoles con claridad la manera de funcionar.
«Es importante que recordemos que ellos son los pasajeros en esto y nosotros conducimos el coche. Y aunque nos sintamos ansiosos, no podemos dejar que eso les impida sentirse como pasajeros seguros»- Lisa Damour
Entendiendo la complejidad y particularidad de cada situación familiar y personal, recomendamos tratar de buscar espacios para el autocuidado, ya que van a existir momentos que nos requieran mucha energía y dedicación a pesar del malestar.
¿Cómo cuidarse una misma mientras cuidamos?
Y, por fin, nos enfrentamos a la pregunta estrella o como cuidar de una misma mientras cuidamos de las demás. Es muy fácil descuidarse a una misma o sentirse culpable y egoísta por pensar en cómo cuidarnos, vernos y validarnos como individuos cuando hay personas a nuestro alrededor que dependen de nosotras. Necesitamos ir paso a paso, sin prisa, pero sin pausa, y siguiendo algunos pasos podremos obtener ese bienestar que nos merecemos:
- Reconocer, expresar y validar lo acontecido y lo sufrido, nos permite elaborar de manera ajustada un acontecimiento que puede generarnos malestar y mermar nuestra capacidad de gestionar nuestra vida cotidiana.
- ¡Cuidarse por dentro y por fuera! Podéis realizar todos aquellos planes que os hagan felices como realizar ejercicio físico, rodearos de amigas o familiares, participar en actividades sociales, desarrollar aficiones, acudir a cursos que os puedan gustar…
- Permitirnos acudir a profesionales especializadas siempre es una opción recomendada para que nos ayuden a gestionar mejor este tipo de situaciones.
¡Muchas Gracias!